Otro día vino y se fue, y vengo a dormir llena de lágrimas,
con la soledad de almohada y el amor muy lejos; con ganas de no haberme
equivocado y la verdad en las manos, la verdad que me contaron
tus hechos, la que me ocultaban mis mentiras.
Vengo a mi lecho con el ejemplo de lo que no quiero ser y la
convicción de que el fin se acerca, con el miedo de que me ahogue el llanto y me estrangule el dolor de perderte y la decisión de dejarte ir a donde
perteneces que no es mi mundo en el que estas ahora.
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