Nunca fuimos cercanos, pero nunca haz estado realmente lejos,
lo sabes todo sin saber nada, hemos pasado la vida conociéndonos por inercia,
confundiendo roles, faltandonos el respeto y regalándonos seguidamente
sonrisas que no esbozan en ninguna expresión perdones o arrepentimientos.
Y seguimos felices, sin valorarnos lo suficiente ahora que nos tenemos,
pero sin saber que haríamos si nos faltáramos, creciendo juntos,
cambiando de juegos, sin preocuparnos realmente.
Hace ya dos décadas que estoy aquí, suficiente para querernos,
nunca bastos para disfrutarnos.
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